lunes, 21 de noviembre de 2011

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    Nuestro blog trata sobre la ideología y la censura en el cine. Tomamos bastantes ejemplos centrados en España y sobre todo en la España franquista, pero también tratamos temas de censura en otros países como por ejemplo en la Alemania nazi.
    Nos interesa saber las razones por las cuales se censuran el cine, qué cambios se producen y su intencionalidad.
    Todo enfocado desde la perspectiva del afamado actor Humphrey Bogart y simulando una investigación llevada a cabo por él.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Informantes estratégicos

    Para poder profundizar en mis nuevos descubrimientos sobre la censura, la ideología y el cine me vi obligado a recurrir a teorías que me sirvieran como punto de apoyo para poder investigar decentemente, y créanme, no fue nada fácil…
    Teniendo en cuenta la temática, lo primero que me vino a la mente, dados mis amplios conocimientos, fue la “Teoría de la acción comunicativa” de Jürgen Habermas y sus implicaciones directas establecidas alrededor del mundo de la vida. Leyendo a este autor fui consciente de que necesitaba dar coherencia a mi discurso y por eso introduje los conocimientos sobre ideología que nos aporta Herbert Marcuse y su gran obra "El hombre unidimensional", que unida a la obra de Michel Foucault “El sujeto y el poder” vemos que el lenguaje es usado como  mecanismo de dominación.

    Más tarde, para obtener una visión más cercana al actor social y sus comportamientos acudí al genio de Pierre Bourdieu  con sus conceptos de habitus y mercado, los cuales me dieron la capacidad de comprender la manipulación implícita que existe en la relación de estos dos conceptos.  Necesariamente llegué a Castells relacionándolo con Bourdieu, puesto que con este autor pude ampliar mi visión sobre la manipulación de los medios de comunicación y la gran potencialidad que tiene Internet en todo este asunto de transmisión del conocimiento, este caso el cine.





Jürgen Habermas: “Teoría de la acción comunicativa”

    Habermas propone un modelo que permite analizar la sociedad como dos formas de racionalidad que están en juego simultáneamente : la racionalidad sustantiva del mundo de la vida y la racionalidad formal del sistema, donde el mundo de la vida  representa una perspectiva interna como el punto de vista de los sujetos que actúan sobre la sociedad, mientras que el Sistema representa la perspectiva externa como la estructura sistémica (la racionalidad técnica, burocratizada-weberiana, de las instituciones). No debemos confundir sociedad con mundo de la vida: la sociedad, no es equivalente al mundo de la vida, dado que la sociedad es, a la vez, mundo de la vida y sistema.

   Habermas estudia a la sociedad como un conglomerado de sistemas complejos, estructurados, donde el actor desaparece transformado en procesos (sistema-racional-burocrático), y por otro lado, también incluye el análisis sociológico que da primacía al actor, como creador inteligente, pero a la vez sumergido en la subjetividad de los significados del mundo vital. 
El autor en su Teoría de la acción comunicativa, refiere que al elegir un determinado concepto sociológico de acción, nos comprometemos con determinadas presuposiciones ontológicas de las relaciones con el mundo, que al elegir tal concepto, suponemos al actor, dependen a su vez los aspectos de la posible racionalidad de su acción. Nuestro autor, denomina acciones sólo a aquellas manifestaciones simbólicas en que el actor de la acción teleológica, la acción regulada por normas y la acción dramatúrgica entra en relación al menos con un mundo, pero siempre con el mundo objetivo.

   Es en discurso, una forma especial de comunicación, donde, por medio de la argumentación se determina lo que es válido o verdadero.  Es decir, la verdad no es una copia de la “realidad” a la cual se refieren los argumentos de los participantes en el discurso, sino que es un resultado consensual sobre el cual no actúa ninguna influencia que lo distorsione.  Ese consenso se logra cuando se dan cuatro condiciones de validez aceptadas por todos los participantes: a) que el enunciado que hace un hablante sea comprensible; b) que el hablante sea fiable; c) que la acción pretendida sea correcta por referencia a un contexto normativo vigente; y d) que la intención manifiesta del hablante sea, en efecto, la que él expresa.

     Con las características señaladas, Habermas sostiene que la acción comunicativa, y no la acción racional instrumental, como lo hizo Marx, es la conducta que caracteriza a las interacciones que se dan en la sociedad.  Por eso, la acción comunicativa debe tener un lugar central en la teoría.  Uno de los objetivos de tal teoría debe ser la identificación y eliminación de los factores estructurales que distorsionan la comunicación.

   El papel central que ocupa la comunicación en la propuesta teórica y política de Habermas lo lleva a preocuparse por la racionalización de la acción comunicativa, siguiendo el camino tomado por Marx y Weber sobre ese tema.  La racionalidad final se dará cuando se supriman las barreras a la comunicación.  El medio para hacerlo lo constituye la modificación en profundidad del sistema normativo vigente.  La evolución social no consiste, precisamente, en cambios en el sistema de producción (en el cambio de las bases materiales, como diría el marxismo original de Marx), sino  en el tránsito de una sociedad racional en la cual la comunicación de las ideas se expondrá sin restricciones.

- http://www.razonypalabra.org.mx/N/N75/ultimas/38_Garrido_M75.pdf
- http://contrasentido.net/wp-content/uploads/2007/08/modulo2.pdf


Herbert Marcuse: “El hombre Unidimensional”

    Marcuse nos presenta la sociedad industrializada como una sociedad cerrada, un universo dónde no caben alternativas de vida, donde los intereses en oposición han sido anulados.
La razón técnico-instrumental es causa y esencia del control de las fuerzas sociales: el aparato tecnológico se muestra capaz de conseguir los logros del progreso y las nuevas formas de vida que promueve se convierten en formas de adoctrinamiento.

    En esta sociedad el hombre ha perdido su sentido crítico ya que la organización social parece satisfacer las necesidades. La libertad de pensamiento se supone y se practica en forma de debate abierto de alternativas dentro del status quo, la sociedad democrática supuestamente deja abierta las alternativas pero las anula por la realidad económica y el domino tecnológico.

    El dispositivo de control y coordinación no puede ser separado de la forma cómo se emplea, no existe la neutralidad de la tecnología.
 

   Para Marcuse los medios de comunicación y las industrias culturales, así como las expresiones de la publicidad comercial, reproducen y socializan en los valores el sistema dominante y amenazan con eliminar el pensamiento y la crítica. Los efectos de esta orientación mediática crean un escenario de cultura cerrado “unidimiensional” que propicia una especie de pensamiento único y determina la conducta del individuo en la sociedad. Los medios crean una estructura de dominación bajo la apariencia de una “conciencia feliz” que inhibe la posibilidad de cambio hacia la liberación.

   Todos estos elementos son los factores que hacen de esta sociedad una sociedad unidimensional, y el hombre que vive en ella, un hombre unidimensional que no encuentra diferencias entre lo que se establece como verdad y la verdad, en el cual no existe distinción entre el mundo y el yo. El hombre unidimensional no tiene capacidad de crítica y cambio porque no encuentra contradicción entre lo ideal y lo real, entre el ser y el deber ser.

http://www.enxarxa.com/biblioteca/MARCUSE%20El%20Hombre%20Unidimensional.pdf


Michael Foucault: “El Sujeto y el Poder”

   Michel Foucault, considera que la sociedad es una estructura dinámica. Existe una constante evolución de la estructura que avanza junto con la sociedad, mejorando sus mecanismos de dominación. Foucault, analiza constantemente las relaciones del poder: en su libro “El Sujeto y el Poder”, estudia las formas de sujetación: afirma que el hombre jamás podrá ser totalmente libre, por ello surge la necesidad de estudiarlas, para que puedan superar.

    Según este autor existen tres formas de sujetación: el saber, el poder y la sexualidad. En lo que atañe a mis investigaciones me fijaré en las dos primeras.
Por un lado el saber, que se refiere al lenguaje y a la utilización del mismo como mecanismo de dominación, un claro ejemplo de esto, es que define en sí mismo un polo de la dualidad, bueno/malo, sano/enfermo y de lo normal/anormal. Cuando el saber establece los nuevos límites precisos e inamovibles, cualquier característica que los rebase se convierte automáticamente en una anomalía/enfermedad que debe ser corregida.

    Por otro lado el poder,  lo básico de las relaciones es la comunicación, ya que el poder se ejerce mediante la comunicación, es decir el sometimiento se da a través de un conjunto de signos y símbolos. Es el poder, el que crea el saber y no al revés. Los medios de comunicación son simples mediadores del verdadero poder, que dicta los contenidos del saber que deben ser publicados.

- http://www.hojaderuta.org/imagenes/foucault.pdf
- http://asc2.files.wordpress.com/2007/11/el-sujeto-y-el-poder.pdf


Bourdieu: “¿Qué significa hablar?”

    En primer lugar me gustaría comenzar hablando de Pierre Bourdieu, pues para este autor el discurso se forma a raíz de la unión entre habitus y mercado, así las relaciones de comunicación son relaciones de poder que tienen el monopolio en el mercado lingüístico. Según Bourdieu las palabras tienen el poder de influir, pero este poder de las palabras solo se ejerce sobre aquellos que están dispuestos a creerlas. De esta forma, si el trabajo político es un trabajo sobre las palabras es porque las palabras construyen lo social, así cambiando una palabra por otra estaríamos cambiando la visión de la realidad social transformándola.

   Para Bourdieu el poder de las palabras reside la complicidad que establecen entre un cuerpo biológico que representa a una comunidad y hace de portavoz y los cuerpos biológicos socialmente educados para aceptar las órdenes, los fieles, los creyentes.

    De este modo los que tienen el poder son los que institucionalizan un lenguaje con el que pretenden construir la visión del mundo social desde su prisma. La educación primaria juega un papel muy importante pues es quien reproduce las instituciones y el lenguaje, en definitiva, la que enseña el “prisma” institucionalizado.

    En mi tema de investigación: la censura, la manipulación, en definitiva, el uso que hacen los que tienen el poder mediante los medios de comunicación (en este caso el cine en concreto) del lenguaje para influir en la idea del mundo social de, como dice Bourdieu, los creyentes. Así que la teoría de Bourdieu resulta interesante para aproximarse a la idea de cómo el lenguaje construye el mundo social y percibir que de muchas, hay un lenguaje institucionalizado por los que tienen el poder según sus intereses. Para mí en concreto me resultaba realmente interesante el caso de las películas censuradas, puesto que éstas pretenden mostrar el modelo de conducta, las ideas, en definitiva la realidad social “correcta” para aquellos que tienen el poder.

- http://pierre-bourdieu.blogspot.com/2008/01/entrevista-pierre-bourdieu-qu-significa.html


Manuel Castells: “La teoría de la sociedad red”

    Como toda tecnología, Internet es una creación cultural: refleja los principios y valores de sus inventores, que también fueron sus primeros usuarios y experimentadores (investigadores académicos informáticos, los hackers, las redes comunitarias contraculturales y los emprendedores de la nueva economía). Valores libertarios que determinaron una arquitectura abierta y de difícil control.

Por otro lado, y en contraposición a este uso libertario de Internet, estaría el deseo de control administrativo de la expresión y la comunicación por parte de los Estados. Si bien, en los países democráticos, Internet se consolida como instrumento esencial de expresión, información y comunicación horizontal entre los ciudadanos y recibe la protección constitucional y judicial de las libertades. Por tanto, existe una gran complejidad en cuanto a lo político, a la hora de “compaginar” la libertad y el control por parte de los Estados.

    Las reflexiones de Castells me ayudaron a observar las diferencias existentes a la hora de censurar una película de cine en la actualidad y en la época franquista española, al igual que, por otro lado, nos desvela de forma clara tanto las barreras jurídicas como institucionales que en el siglo XXI se intentan sobreponer a la “libertad” existente en torno a la red (Internet) y su uso (en este caso aplicado a la reproducción e intercambio de películas de cine).

- http://www.uoc.edu/inaugural01/esp/intro_conc.html




    Me encontré ante un panorama donde parecía que todo estaba en contra del actor social y que la censura tenía la batalla ganada, pero si leemos profundamente las palabras de estos autores podemos vislumbrar una luz al final del túnel, pues aunque el control ejercido a través del lenguaje transmitido mediante los medios de comunicación por parte del Sistema y el Poder puede llegar a ser una fuerza homogeneizadora y creadora de hombres en serie, todavía existe libertad en el mundo de la vida. El punto de referencia para todo actor es la comunicación sin distorsiones, para así llegar al objetivo político del actor que tiene que ver con una sociedad de comunicación libre, eliminando las barreras a la misma. Existen elementos de la comunicación no distorsionada en todo acto contemporáneo de comunicación, a la vez que las legitimaciones y las ideologías son causas fundamentales en la distorsión de la comunicación. En este punto fui consciente de que se hizo necesario compartir mis descubrimientos para, de este modo, poder enfrentarme al reto que tenía entre manos.

   Una de las conclusiones a las que llegué fue que Internet nos ofrece la oportunidad de sortear la censura y compartir libremente el conocimiento, aunque la tecnología no sea neutral y tiene claramente unos fines alienadores y adoctrinantes, es posible superar al hombre unidimensional y adquirir la capacidad crítica suficiente como para analizar los discursos y detectar la censura. El cine, en buenas manos, también puede ser un arma revolucionaria.