martes, 6 de diciembre de 2011

Censura sobre el papel

       Mis queridos contertulios, hoy me centraré en la censura de los carteles de las películas, pues no sólo se censuran los films en sí mismos sino que los censores llegan más allá.


    Unas veces por ser demasiado explícitos, otras por contener escenas violentas o sexuales e incluso por considerarse de “mal gusto para la sensibilidad de los ciudadanos”. Pero un servidor quiere ofrecerles una reflexión extraída de mis investigaciones por los bajos fondos:
Estamos rodeados de violencia y contenidos sórdidos continuamente, véanse las noticias del telediario que vemos a la hora de comer en un horario de máxima audiencia donde las masacres, la miseria, el asesinato, las guerras, etc. etc. nos acompañan sin apenas inmutarnos y sin embargo un cartel de cine expuesto en la calle, el metro y los autobuses es censurado por no ser apropiado. Es curioso cómo nos ofrecen programas basura a todas horas de auténtico mal gusto y sin embargo ahí se mantienen con grandes niveles de audiencia.

Tenemos publicidades de todo tipo en las calles y en los medios de comunicación, pero la censura, aunque en la práctica muestren lo mismo o algo similar, es dirigida, en este caso hacia el cine y sus carteles. Creo que es clara la intencionalidad a la hora de prohibir la exhibición de algunos de los carteles, pues a veces se quiere dar una imagen de puritanismo que no se corresponde con la realidad.
Es por esto que quiero destacar dos casos relativamente recientes que me han llamado la atención y que creo perfectos para hacer una comparación entre contenidos y las razones de su censura:

    En primer lugar tenemos “Diario de una ninfómana”, cuyo cartel fue censurado en Madrid por ser “gratuitamente provocativo”. Lo curioso es que publicidad de lencería femenina patentemente más “provocativa”, por decirlo de algún modo, no es censurada. Esto me hace reflexionar y preguntarme, ¿qué les molesta más, la imagen o la palabra ninfómana? 
Aquí les dejo un vídeo y varios enlaces. Juzguen ustedes mismos.











    En segundo lugar hablaré del film “De mayor quiero ser soldado” censurado en Barcelona.  Según los censores la publicidad del cartel  "puede ser ofensiva por atentar contra las normas sociales de convivencia y puede afectar a la sensibilidad y el buen gusto de los ciudadanos". Personalmente no creo que un niño/a se vea muy afectado por el cartel después de pasar varias horas jugando a la consola o al ordenador con juegos de guerra, mafias o artes marciales (no nombraré ningún título porque no quiero hacer publicidad y todos sabemos de sobra a qué tipo de juegos me refiero), lo cual no quiere decir que condene a los videojuegos sino que es digna de mención la censura de un cartel y la permisividad con otros contenidos más violentos que absorbemos a través del televisor, el cine y/o el ordenador. Además, precisamente esta película es una denuncia a todo lo anteriormente mencionado, ¿interesante verdad?

    


   Teniendo en cuenta lo interesante del tema me dispongo a dejaros una serie de carteles que fueron censurados y algún que otro enlace para aquellos que deseen profundizar más en el tema, lo cual me recuerda recomendarles “La censura franquista en el cine de papel” de Bienvenido Llopis y Luis Miguel Carmona, que como podéis deducir trata sobre la censura en los carteles del cine y alguna que otra escena cinematográfica.













- Enlaces: 




    Aquí os dejo unas cuantos carteles actuales que han sido modificados y unos enlaces donde podréis investigar más sobre esta sección de la censura en el cine:

















- Enlaces: 

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