martes, 21 de febrero de 2012

Informe final de un detective


  Definitivamente me he visto abocado a elaborar las conclusiones sobre mi investigación con la finalidad de mostrar el cumplimiento de los objetivos que me marqué en un principio, los cuales creo que he cubierto satisfactoriamente, aunque siempre se quedan cosas en el tintero.

 
  Con este trabajo de investigación, en el que usé como herramienta el formato del blog, pretendía usar Internet como medio de difusión de las ideas, así como fuente de datos y teorías que apoyaran el desarrollo de mi trabajo y, por supuesto, para llegar a cumplir los objetivos que dispuse en mis comienzos. Esto me supuso una gran ventaja, ya que en los entornos virtuales se genera gran cantidad de información útil, la cual analizada y tratada convenientemente, puede aportar conocimientos de gran valor para elaborar con fundamento y con ejemplos reales las principales ideas y las metas que buscaba para esta investigación.

  Centrándome más en cuanto al tema central que me traía entre manos, la censura en el cine, toma gran importancia aspectos como la comunicación, la conducta, la ideología, la manipulación y/o la propaganda entre otros. Esto se refiere al hecho de que la censura, en algunos casos, es usada como medio propagandístico con el objetivo de manipular la conducta o las ideas de los afectados por la misma, de ahí que el cine, como gran medio de difusión tanto comunicativa como ideológicamente hablando, esté afectado por este hecho en gran medida. 

 Además, debido a los grandes avances tecnológicos en las telecomunicaciones, surge la preocupación de los Estados y de los grupos de poder por controlar ese flujo de información originado en la red, y no sólo ya en lo referido a películas, documentales, etc., sino también censurando información o documentación escrita o gráfica. Precisamente descubrí hace relativamente poco un ejemplo de este hecho que estoy narrando. Me topé con lo que fue considerado como “una de las mayores operaciones contra la piratería en la Red de la historia de Estados Unidos” según el Departamento de Justicia de este país, ya que la Fiscalía pública ha presentado cargos contra los siete administradores de las empresas Megaupload Limited y Vestor Limited y ha cerrado las webs asociadas para alojar contenidos. Cuatro de ellos, incluido el fundador, Kim Schmitz (alias Kim Dotcom) han sido detenidos en Nueva Zelanda. Se les acusa de haber tomado parte en una conspiración criminal para lucrarse con la distribución ilegal de contenido protegido por las leyes de propiedad intelectual. Un juez neozelandés ya ha decretado prisión preventiva para Schmitz y otros tres colaboradores. Este hecho demuestra que a la libertad también se le ponen barreras, incluso desde el país que se abandera como principal exportador de valores libertarios.

  A continuación y hablando de Estados Unidos, propongo el ejemplo de la industria hollywoodense. No es muy difícil percatarse de que con el cine pretenden trasladar el estilo de vida estadounidense al resto del mundo con todo lo que ello implica, puesto que nos topamos con una máquina creadora de conciencia que es capaz inclusive de “prepararnos” para sus acciones políticas e imperialistas (invasiones, guerras, creación de enemigos, etc.) tal y como podemos ver en el documental “La Guerra Suave”. Dicho esto, me dispongo a segundar las palabras de Foucault cuando decía que “los medios de comunicación son simples mediadores del verdadero poder, que dicta los contenidos del saber que deben ser publicados”; y el cine, como medio de comunicación que es, también retransmite aquello que los poderes permiten.

  Para reforzar mis argumentos, creí necesario hacer un pequeño repaso sobre la censura en la Red de forma global. Pude observar que la censura que se lleva a cabo en este medio de comunicación es un reflejo de las diferentes sociedades en los distintos países y a través de un estudio que desarrolla la ONI (Open Net Iniciative) con datos de Reporteros Sin Fronteras en el año 2011, fui consciente de que los llamados países del mundo desarrollado y que gozan de una democracia, formalmente llamada así, también llevan a cabo la censura como pueden ver en el siguiente mapa:
  
  
  Debo aclararles que en países de Sudamérica o África por ejemplo, aparece que no existe censura, pero ese hecho se debe simplemente a que el acceso a internet es prácticamente nulo o directamente inexistente.

  Siguiendo en esta línea, me resultó muy interesante otro mapa que me mostró la censura desglosada en cuatro grandes apartados, ya sean de tipo político, social, de seguridad o en aplicaciones. Además también permite ver a qué nivel se lleva a cabo la censura en cada país que tiene acceso a internet:


   A raíz de todo este conglomerado de datos, se me ocurrió la idea de compartir con ustedes el descubrimiento que hice a cerca de una herramienta que lanzó Google sobre la transparencia en la red. Se trata de una función que muestra las peticiones de eliminar contenidos e información por parte de los Gobiernos de los diferentes países. Un hecho curioso fue que los datos muestran que Estados Unidos es el país con mayor número de solicitudes de censura, con 4.287 peticiones en los seis primeros meses del año 2010, demostrando una vez más que en la actualidad y que los países llamados democráticos también llevan a cabo la censura en Internet y sus contenidos. 

  Volviendo al tema que pretendo exponer y para retomar el hilo de la censura en el cine, les ofreceré una frase magistral de Joseph Goebbels (valoraciones políticas a parte): “La fuerza de una buena programación reside en crear la mezcla correcta de educación, entretenimiento y política”.

Si nos detenemos un instante a reflexionar podemos llegar a la conclusión de que el cine está profundamente relacionado con esta afirmación, además de que puede aplicarse a lo largo de todo el espectro ideológico. En un principio parece que la censura es cosa de dictaduras y en el caso español concretamente, parece que la censura sólo se produjo durante el franquismo, pero nada más allá de la realidad, pues la censura sigue existiendo hoy día como acabo de demostrar, aunque se presenta de forma más sutil (a veces no tanto).

  En mi actividad detectivesca tenía la pretensión de relacionar la censura y la ideología porque las considero estrechamente relacionadas como he demostrado a lo largo de mis publicaciones en este blog, pues la censura cumple un papel fundamental a la hora de tergiversar los mensajes que se quieren transmitir o directamente silenciar.

  El siguiente gráfico muestra los motivos principales por los cuales se censura mediante la intersección de conjuntos en los que se introducen los países. Pueden ustedes observar que las razones son de tres índoles: debido a los valores sociales tradicionales, al mantenimiento de la seguridad nacional y al mantenimiento de la estabilidad política. De esta manera, creo que estoy en condiciones de reafirmarme en que la ideología y la censura se encuentran íntimamente relacionadas:


  Centrándome ahora en los que se ocupan directamente de la censura en el cine, me encontré con que el papel de los censores es hacerle el trabajo sucio a la industria cinematográfica, a los políticos e incluso a las instituciones religiosas; los cuales tienen en común la intención de transmitir su ideología, su forma de ver el mundo y, por qué no decirlo, imponer sus ideas, valores y creencias.

  Otra forma de censura, la llamaré “censura suave”, está en las repercusiones que tienen las galas de premios como pueden ser los Oscar o los premios Goya. Llamo a este tipo de censura “suave” porque no se eliminan directamente las películas sino que se invisibilidad aquellas que no son nominadas y por tanto se las relega a un segundo o tercer plano en el que su difusión se encuentra bajo mínimos. Y las preguntas que les lanzo son, ¿quién y por qué se eligen determinados filmes? ¿Qué repercusiones tienen estos filmes en la opinión pública? ¿Se eligen películas verdaderamente transgresoras o se permite cierto grado de “desobediencia” siempre y cuando no se traspase la línea de lo considerado aceptable? 

 La respuesta a estas preguntas las conseguí de Bourdieu cuando dice que: “si el trabajo político es un trabajo sobre las palabras es porque las palabras construyen lo social, así cambiando una palabra por otra estaríamos cambiando la visión de la realidad social, transformándola”. Cuando esta idea la trasladé al cine, concluí que se producía el mismo efecto y que la realidad social se transformará en función de las películas que se proyecten en la gran pantalla, la cual está prácticamente monopolizada por el cine hollywoodense.

  Para ir concluyendo, afirmaré que el cine en manos del poder busca colonizar el mundo de la vida a través de su lenguaje tanto verbal como no verbal, ya que, como dicen el refrán, “una imagen vale más que mil palabras” y en el cine las imágenes se suceden una detrás de otra, con el objetivo de homogeneizar conciencias y encaminar el pensamiento hacia sus intereses. 

 Un ejemplo claro lo tienen ustedes en España durante la dictadura franquista, cuya censura buscaba eliminar todas aquellas escenas y diálogos que contradijeran las líneas ideológicas y de pensamiento impuestas por el dictador y sus colaboradores como ya me hicieron a mi en “Casablanca”. El objetivo era no mostrar otras realidades que permitieran al ciudadano cuestionar las bases del Régimen, que los españoles no desarrollaran un pensamiento crítico y por tanto que no se rebelaran en contra de la tiranía franquista. Exactamente lo que expresa Marcuse en su obra “El hombre unidimensional”: “los medios de comunicación y las industrias culturales, así como las expresiones de la publicidad comercial, reproducen y socializan en los valores el sistema dominante y amenazan con eliminar el pensamiento y la crítica. Los efectos de esta orientación mediática crean un escenario de cultura cerrado <unidimensional> que propicia una especie de pensamiento único y determina la conducta del individuo en la sociedad. Los medios crean una estructura de dominación bajo la apariencia de una <conciencia feliz> que inhibe la posibilidad de cambio hacia la liberación”.

  Finalmente responderé a los objetivos generales que me planteé, qué y por qué se censura, los cuales, necesariamente, debo responderlos conjuntamente, ya que son dos preguntas indisociables. 

Tras duras jornadas de trabajo, tras largos interrogatorios a los sospechosos habituales y tras documentarme minuciosamente sobre el tema, descubrí que lo que se ha venido censurando generalmente en el cine (y demás medios de comunicación) desde que esta práctica se lleva a cabo, son contenidos de corte político, moral y religioso. Como pueden ustedes deducir, censuran aquello que se encuentra estrechamente relacionado con la ideología de las masas. Con esto, los Gobiernos y los poderes pretenden inculcar una cierta manera de pensar y actuar que les beneficia y les permite continuar ostentando ese poder, mantener su status quo como ya he dejado caer a lo largo de la exposición de mis conclusiones finales.

  Con esto no quiero dar una imagen fatalista según la cual a todos los que disfrutan del cine o consumen medios de comunicación de masas se les obliga subconscientemente a hacer, pensar y/o decir ciertas cosas, ya sabéis que siempre nos quedará París, pero sí que es cierto que lo que existe es la intención de conducirnos sibilinamente por un camino concreto.

  Para dar la última pincelada a este gran conglomerado de conclusiones extraídas del más duro trabajo investigativo, concreto en cinco puntos los tipos de censura en el cine más relevantes y lo aderezo con ejemplos significativos:


  • Con la censura política pretenden mostrar una cara de la historia y de la política (valga la redundancia) que favorece a aquellos que quieren mantener el orden de poderes establecido. Un ejemplo, lo encontramos en España, donde durante la dictadura franquista se censuró “El gran dictador”, donde el gran Chaplin criticaba los regímenes dictatoriales y a Francisco Franco, dictador español, no le sentó muy bien dicha burla que ridiculizaba su propio régimen de forma secundaria y no permitió que la gente lo viera, pues podría despertar recelo en la población española.
  • Con la censura moral pretenden una forma de actuar “correcta” lejos de toda violencia, drogas, sexualidad, etc. Así, como ejemplo, podemos tomar el de la película “Los 400 golpes”, en el que en la versión original, el niño protagonista está hablando con una psicóloga y afirma que todos sus amigos habían tenido relaciones con prostitutas, y en la versión española afirma que sus amigos habían tenido novias. En una dictadura en la que hasta los escotes o un miembro más por arriba de los tobillos estaban censurados, que un crío dijese que amigos de su edad formaban la clientela de la prostitución no era moralmente correcto.
  • Por otra parte, la censura religiosa (estrechamente ligada con la censura moral) atenta contra aquellos filmes donde la religión es criticada o ridiculizada. Lo que pretende es que estas burlas no se hagan patentes entre las masas para que continúe la idea de la religión como modelo. Un ejemplo es la película dirigida por Buñuel, “Viridiana”, que entre otras cosas fue censurada por criticar la doble moral santurrona de la Iglesia católica. La religión católica apostólica romana, como uno de los pilares del franquismo que era, estaba protegida del sentido del humor.
  • La violencia extrema también es uno de los blancos de los censores y como ejemplo de clara censura actual en este terreno, quisiera referirme a la película “Saw VI”, calificada como X y prohibida en España por su contenido violento, ya que el protagonista trata de aplicar “justicia” y “reformar” a personas de dudosa moralidad a través de la violencia. Este tipo de censura, a mi parecer, es un ejemplo de hipocresía, ya que podemos encontrar cientos de películas de acción en las que se resuelven las fricciones mediante la violencia y prácticamente todos los días tenemos en el telediario imágenes grotescas sobre guerras a lo largo y ancho del mundo, que sin embargo son emitidas en horario de máxima audiencia y cuando está todo el espectro de edades presente.
  • Tampoco olvidemos la autocensura, esto es, autores que deciden eliminar escenas que puedan resultar conflictivas. Me parece la más triste de las censuras porque implica que la idea de conflicto igual a prohibición está enraizada en las mentes de los autores de forma que decide prohibirse mostrar al público sus verdaderas intenciones. Se podría decir que es la censura más efectiva porque ni siquiera hace falta el censor, pues es el propio autor el que se “corta las alas”.


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